Los parques naturales de la Comunitat, además de ser espacios de inmensa belleza natural, de ocio y disfrute y de conservación y estudio de nuestra flora y fauna autóctona, son instrumentos para lograr la superación y motivación de las situaciones que viven muchos menores de nuestra Comunitat que por diferentes causas están pasando un periodo de internamiento en un centro de reeducación. Una labor probablemente desconocida para muchos, pero sin embargo de gran crecimiento personal para estos adolescentes con problemas que buscan devolver a la sociedad su granito de arena, aquello que algún día le quitaron. 
Desde el pasado año, mediante un acuerdo entre las consellerias de Infraestructuras y de Bienestar Social, los centros de reeducación de menores realizan actividades en los parques naturales de la Comunitat Valenciana en los que ponen en práctica las tareas aprendidas en clase a la vez que ayudan a la conservación de nuestro medio natural y les sirve para crecer a nivel personal y motivacional. 
El director del centro de menores 'Els Reiets' de Alicante, Antonio García, explica que el pasado año pasaron por el parque natural de la Font Roja treinta chavales de este centro. García considera que realizar esta obra social permite ver en los menores resultados en un futuro y tiene un efecto "reparador" en ellos. Apunta que para próximos años se introduzca la formación y concienciación medioambiental en los propios centros como paso previo a las actividades en los parques. 
Alberto López, director del centro 'Pi Gros' de Castellón, señala que incorporan las actividades en parques naturales dentro del curso escolar para poder aprovecharlo y conectarlo con las materias que dan, de modo que, por ejemplo, la actividad de señalética se enmarca dentro del módulo de carpintería o la de senderismo como práctica de la asignatura de educación física. Asimismo, pide incluir estas actividades en parques dentro de las formas de cubrir la medida judicial de beneficio a la comunidad para potenciar todavía más la reinserción de los menores a través del voluntariado medioambiental. 
Desde el otro lado, en los parques naturales, el responsable de dinamización del parque de la Sierra Espadán, Antonio José Cases, muestra su satisfacción porque más de 300 jóvenes han pasado por este rincón natural del sur interior de Castellón, resaltando que "los chavales se sienten niños otra vez pese a la problemática que hayan sufrido, sacan sus ganas de superación y se vuelven a verse útiles tanto para ellos mismos como para la sociedad". A estas palabras se suma la dinamizadora del parque de La Mata-Torrevieja, que cuenta la experiencia que realizan en su parque, como eliminación de plantas invasoras, seguimiento de la avifauna o como, a través de un convenio con el hospital de Torrevieja, éste cede palets al parque y los alumnos de los centros de menores los utilizan para realizar señalética o construcciones de madera poniendo además así en práctica lo aprendido en el modulo de carpintería. 
¿Y en el futuro? Los responsables de los centros de reinserción y los de los parques naturales se reunieron el pasado jueves 10 de abril para analizar cómo ha ido este proyecto conjunto, ampliarlo a más parques y centros, e ir avanzando hacia nuevas posibilidades. Por ejemplo, ampliar estas actividades al periodo estival, teniendo en cuenta las altas temperaturas y que no es conveniente hacer un gran esfuerzo físico, pero introduciendo actividades de carácter más lúdico y cultural para poder seguir profundizando en el conocimiento del parque natural y del medio ambiente de la Comunitat. ¿Y por qué no una jornada por la noche? Fomentaría así la convivencia entre los jóvenes y se podrían hacer cosas diferente como subir al Penyagolosa de noche y contemplar y estudiar las estrellas con el apoyo de un técnico con conocimientos en astronomía y del propio observatorio que está en el parque. Asimismo, la experiencia está siendo tan positiva que se podría ampliar a los humedales de nuestra geografía y no sólo restringirlo a los parques naturales. 
Todo este plan de colaboración no sería posible, además, sin los técnicos y educadores, que en total suman 40 educadores, 22 guías-monitores y 50 peones de brigadas de mantenimiento a disposición de que los chavales que han tenido problemas puedan encontrar en la naturaleza su punto de reencuentro con la sociedad, un afán de superación, un objetivo, y quien sabe si una profesión para forjarse un futuro.