El sacerdote nigeriano Kenneth Iloabuchi ha asegurado en Valencia que los cristianos en su país “a pesar del terror del grupo islamista Boko Haram, dan testimonio de fe firme y tenemos ya más de 5.000 seminaristas, lo que nos sitúa en el primer puesto en África en vocaciones”.
Asimismo, respecto al secuestro de más de 200 niñas el pasado 14 de abril por los terroristas de Boko Haram, el sacerdote Iloabuchi explicó que en el norte de Nigeria, donde actúa este grupo, “viven con auténtico miedo sin saber qué les puede ocurrir porque todos corren peligro, especialmente los cristianos”. Igualmente, aunque las estudiantes ya han sido localizadas, Iloabuchi pidió que ahora “se actúe con mucho cuidado porque pueden usarlas como escudos humanos y puede que no estén todas en un mismo sitio”.
En una conferencia ayer tarde en Valencia, organizada por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el sacerdote nigeriano, perteneciente a la diócesis de Cartagena-Murcia donde recibió la ordenación , aseguró que “desde 2009, hay entre 2.000 y 3.000 víctimas mortales en Nigeria por los ataques terroristas y, aunque este grupo terrorista es minoritario dentro de la religión musulmana, su violencia siembra el pánico en todos”.
Sobre la convivencia entre cristianos y musulmanes, Iloabuchi dijo que “hace unos años nos respetábamos mutuamente y vivíamos en armonía, compartíamos negocios, nos juntábamos en fiestas y nuestros hijos iban a las mismas escuelas” pero ahora “muchos tienen miedo porque si nos defienden, los islamistas responden matando a sus familias y quemando sus negocios y casas”. En este sentido, recordó que un imán que condenó los ataques fue asesinado junto a su familia.
Llegó en patera a España y vió morir ahogados a los 132 ocupantes de otra
Igualmente, en la conferencia que impartió en la parroquia de San Antonio de Padua, este presbítero, de 34 años de edad, contó cómo huyó de Nigeria, con 17 años “andando durante días por el desierto” y tras pasar dos años en Marruecos y ocho meses en Argelia “casi sin recursos”, llegó a España en el año 2000 “cruzando el mar en una patera para lograr mi sueño de estudiar Derecho en una buena universidad en Inglaterra”. En el momento en el que contó cómo cruzó el estrecho, el sacerdote se emocionó al recordar “cómo vi morir a las 132 personas que iban en la otra patera que se hundió tras pararse su motor”.
Aunque no pensaba quedarse en España, Iloabuchi, que pertenece a una familia católica, descubrió su vocación en Murcia y el año pasado fue ordenado sacerdote allí. “Entré en una iglesia católica en Murcia y me sentí extraño hasta que un sacerdote, Jesús Avenza, se acercó y se interesó por mí, un inmigrante sin papeles que no sabía español. Después me ayudó y Dios, que es el protagonista de mi vida, llamó a mi corazón a través de él”.
Iloabuchi, cuya abuela fue una de las primeras nigerianas que acogió la fe cristiana y se bautizó en 1912 cuando llegaron los primeros misioneros católicos de Irlanda a su pueblo, es coadjutor en la localidad murciana de San Pedro del Pinatar donde, junto al párroco, atienden dos parroquias con más de 30.000 habitantes, ayuda en la pastoral de jóvenes y se encarga en Murcia de la pastoral con los inmigrantes africanos.