Sufrieron allí heridas de gravedad y padecen secuelas psicológicas. Firmaron un contrato con Defensa por dos años y ahora no reciben ayudas ni pensiones.
Cerca de cien soldados españoles resultaron heridos de gravedad en la guerra de Afganistán. Al volver a España, apenas han recibido reconocimiento público ni tampoco una pensión por discapacidad. Sus casos se cuentan ahora en un libro de reciente publicación.
La obra del periodista Fernando de Oyarbide, ‘Al otro lado del silencio’ es una novela que narra, a través de historias personales reales, las dificultades a las que se han enfrentado los militares heridos tras volver del conflicto en el que han participado las Fuerzas Armadas españolas.
Muchos de ellos quedaron incapacitados casi por completo para seguir realizando su trabajo en el Ejército. Sufrieron atentados, fueron objeto de tiroteos, vieron a amigos y compañeros perder la vida… Sus heridas no son sólo físicas, sino también psicológicas.
Sin embargo, según se recoge en esta obra, el Ministerio de Defensa no les concedió la jubilación vitalicia ni el pase a la reserva, ya que las heridas sufridas por los soldados  habían ocurrido en “accidentes” de las catalogadas como “misiones de paz”, no en acciones de guerra.
Decisiones internas
Además, según se detalla en el libro de Fernando de Oyarbide, los contratos que firman los militares con Defensa son de dos años de duración y con posibilidad de ser renovados si así lo determina el Informe de Cualificación de Personal(IPEC), realizado por los propios altos mandos de las Fuerzas Armadas.
Debido a esta situación, muchos de los soldados heridos de la guerra de Afganistán eran declarados no aptos para seguir en su puesto, por lo que se quedaban sin trabajo, sin pensión y con una discapacidad irreversible tras haber arriesgado su vida en combate.