Pío Moa
Las imágenes de la persecución anticristiana en Siria e Irak son tan absolutamente espantosas que la falta o escasez de reacción en los politicastros de la UE solo revelan algo que todos debieran saber: las señas de identidad de la UE hoy son el abortismo, el homosexualismo y el feminismo, abarcados por el anticristianismo, es decir, por  la renuncia a las raíces de la propia Europa, cuyo nombre usurpan fraudulentamente.
No menos reveladora es la actitud de la izquierda: después de todo, no hace tanto que ella realizó cosas semejantes en España,  sin que, recuerden ustedes, ello provocara el menor rechazo en la Europa “progresista”. Y sin que nuestra mísera izquierda, siempre aliada con los separatismos, con todo lo que pudiera ofender y disgregar a España, haya jamás expresado siquiera una autocrítica por aquel genocidio, realizado con crueldad no menor que la de los islámicos de Siria e Irak.
Observan también que en el mundo musulmán las protestas, las condenas, y menos aún las acciones contra la extraordinaria bestialidad del Estado Islámico brillan por su ausencia o en todo caso son escasísimas.
No sé qué es más  terrorífico, si los actos mismos de los islamistas (“alianza de civilizaciones”, que propugnaba el mamarracho proetarra) o la indiferencia de quienes, al no adoptar medidas claras, les apoyan. Una época de horror.