El arzobispo de Valencia y Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV), monseñor Carlos Osoro, ha asegurado que “lo más importante en la vida de un ser humano es lo que san Juan XXIII y san Juan Pablo II han regalado a la humanidad, el amor de Dios”.

Durante su intervención en el homenaje organizado por la UCV a estos dos pontífices canonizados el pasado 27 de abril por el Papa Francisco, el prelado recordó cómo Juan XXIII y Juan Pablo II “significaron mucho en su vocación y en etapas fundamentales” de su vida.

Así de Juan XXIII evocó el arzobispo de Valencia “cómo suscitaba en los jóvenes un cariño a la Iglesia y una apertura a encontrarnos con todos los hombres a buscar la paz”, así como la “pasíón que tenía pasión porque todos llegasen a conocer a Jesucristo”. Respecto a San Juan Pablo II, el prelado indicó que “tuvo el empeño de regalar a la humanidad lo que dice en su primera encíclica: `el hombre no puede vivir sin amor´" y “su ejemplo fue lo que ha movido también las energías más hondas de mi existencia”, reconoció monseñor Osoro, a quien Juan Pablo II nombró obispo de Ourense y, años después, arzobispo de Oviedo.

En el acto también participó José Luis Sánchez, vicerrector de Extensión Universitaria y Cultural y Capellán Mayor, que respecto a Juan XXIII señaló que “fue el Papa que nos ayudó a todos a ser conscientes de que desde la justicia se hacía posible la paz junto con la caridad, emblema de la Iglesia” mientras que de san Juan Pablo II indicó que “hizo posible que la Iglesia se sintiera llamada cada día a descubrirse universal, católica”.

En el homenaje, el Vice-Gran Canciller de la UCV, José Tomás Raga, pronunció la laudatio dedicada a san Juan XXIII, del que destacó “ser un Papa que con su bondad y escaso formalismo, revolucionaría hasta las propias estructuras de la Iglesia” así como que “su deseo, desde el momento de su coronación, que cumplió minuciosamente a lo largo de su pontificado, fue ser, por encima de todo, un buen pastor”.

Por su parte, el rector de la UCV, José Alfredo Peris, en su laudatio dedicada a san Juan Pablo II afirmó que en él “se reconocen con nitidez las huellas del seguidor de Cristo que la Iglesia nos propone con toda la carga de seguridad y ejemplaridad que acompaña su canonización” y que su vida “se constituye como un mensaje de amor y de fidelidad que el Señor dirige renovadamente a su Esposa”.

Igualmente, “la fuente del humanismo que promovió, san Juan Pablo II la vivió con intensidad como un ejercicio de colaboración con la divina misericordia, completamente confiado en el Amor a la Madre de Dios, a la que encomendó desde el principio todo su pontificado con su bien sabido lema, `totus tuus´”.