Los gobiernos de Hugo Cháves y Nicolás Maduro han dado un trato preferencial a la fundación sin ánimo de lucro CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales) a la que pertenecen, o han pertenecido, algunos de los líderes de Podemos como Pablo Iglesias, Luis Alegre, Íñigo Errejón o Carolina Bescansa.
Según publica ABC, Venezuela ha firmado varios convenios con esta organización que le han dado unos 300.000 euros anuales, alrededor de cuatro millones en los últimos 12 años. Del total de ese dinero, el 75% llegaba a España mientras que el 25% restante servía a los desplazados allí para los gastos diarios en el país.
Parte de ese dinero gastado en Venezuela ha ido a parar apartamentos de lujo en las mejores zonas de Caracas, llegando a acumular seis pisos con un alquiler mensual de 1.500 euros al mes.  ABC afirma que el lugar favorito de los consultores españoles era el Country Club de la capital, zona residencial conocida como El Bosque.
Situados en una zona privilegiada, en el norte de Caracas, frente a un campo de golf, en estos apartamentos han estado alojados los dirigentes de Podemos, Luis Alegre y Carolina Bescansa. Hasta allí acudían para asesorar a Venezuela gracias a los acuerdos que tenían.
ABC explica que el acuerdo más cotizado es el que CEPS mantiene con el Ministerio de la Presidencia, por el que la fundación ha cobrado unos 300.000 euros al año. Según ABC este convenio implica el envío a Caracas de tres asesores. Hugo Chávez daba tanta importancia a sus consultores que les puso un despacho junto al suyo en Miraflores. Allí estuvo el portavoz del partido, Luis Alegre, el que también tenía a su disposición un vehículo de la presidencia.
Aunque no todos tuvieron los mismos "lujos". ABC destaca que, algunas veces, los consultores se alojaron en el hotel estatal Anauco Suites, pero éstos se quejaron por la falta de "nivel" y seguridad a la que estaban acostumbrados en el Country Club. En el Anauco se alojó, precisamente, Juan Carlos Monedero.
Todos estos asesores cobraban su sueldo en España, de entre 1.200 y 1.500 euros al mes y recibían dietas en Venezuela, la más básica de 500 euros, una auténtica fortuna en Caracas, máxime cuando la casa y los viajes ya los tenían pagados.