"Probablemente no hemos hecho todo bien (...) Es verdad que hay que mejorar y hay que cambiar algunas cosas (...) para que no vuelva a producirse una situación así", dijo Ana Mato en una comisión parlamentaria para tratar la gestión del primer caso conocido de la enfermedad fuera de África.
La enfermera Teresa Romero, de 44 años, se encuentra aislada en el hospital Carlos III de Madrid, donde permanece desde que el 6 de octubre se confirmó que había dado positivo por ébola tras tratar a dos religiosos españoles contagiados de ébola que habían sido repatriados de África y que fallecieron poco después.
Además se encuentran ingresados en el mismo hospital 15 personas que habían mantenido contacto con la paciente, principalmente personal sanitario y el marido de la infectada, y que, según dijo el comité especial creado para gestionar la crisis, siguen sin manifestar síntomas.
La ministra añadió que hay otras 68 personas bajo vigilancia activa -aunque no hospitalizadas- que tuvieron contacto con la auxiliar infectada y que están considerados contactos de bajo riesgo.
El viernes el Gobierno dio un cambio de timón al asumir de forma directa la gestión de la crisis tras una serie de críticas de expertos y medios hacia el Ministerio de Sanidad y la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid por los protocolos aplicados y su reacción tras el contagio.
La ministra volvió a recibir duras críticas parlamentarias, desde peticiones de dimisión hasta de una mayor cooperación para contener la enfermedad en África.