Los cuerpos de bomberos valencianos, sobre todo los agentes Consorcio Provincial de Castellón, tuvieron que emplearse a fondo para tratar de que la intensa ola de frío que ayer empezó a azotar la Comunitat no colapsara toda la autonomía. La aparición de la nieve desde primera hora de la mañana, la intensa ventisca y temperaturas que rondaban los seis grados bajo cero llevó al límite a estos profesionales, principalmente en el norte de la región. El temporal provocó serios problemas de tráfico y restricciones en cerca de veinte carreteras distintas, retrasos en un par de trenes de alta velocidad y media docena de servicios en los que, en la mayoría de los casos, los vehículos se habían quedado atrapados y no podían continuar su marcha.
La aparición de los primeros copos y de placas de hielo en las carreteras de madrugada llevó a la Conselleria de Gobernación a decretar la preemergencia por nevadas en el interior de Castellón. Las máquinas quitanieves y las brigadas del Ballestar y Castellfort comenzaron con las labores de aplicar sal en las primeras zonas afectadas, como las comarcas de Els Ports y l'Alt Maestrat.
Mientras, en Valencia se impedía la circulación de vehículos pesados por la A-3, a la altura de Villargordo del Cabriel y el tráfico rodado por la N-III, desde Venta del Moro hasta los límites autonómicos, sufría serias dificultades.
En la provincia de Castellón, el uso de cadenas se hacía extensivo también en la CV-15, en Ares del Maestrat, y en la N-232 a la altura de Morella. En los puertos Querol y Torremiró la Dirección General de Tráfico decretaba el nivel rojo, mientras que en la A-23, casi en el límite con Teruel, fijaba el nivel amarillo por nieve. Se restringía el paso de camiones tanto en la N-232 como en la A-23, mientras que la CV-123 directamente se cerraba al tráfico.
Especialmente difícil se hacía la circulación debido a placas de hielo en otra decena de carreteras castellonenses (CV-12, CV-15, CV-124, CV-173, CV-14, CV-167, CV-1260, CV-10, CV-170, CV-197 y CV-241), mientras que en las provincias de Valencia y Alicante, la CV-345 (a la altura de Los Serranos) y CV-81 (en Banyeres de Mariola) presentaban los mayores problemas. Hasta la N-340 registró problemas de tráfico durante varias horas.
Al principio de la mañana los bomberos ya habían intervenido hasta en cinco incidencias la mayor parte alertados por conductores que no llevaban cadenas, se habían salido de la vía y estaban bloqueados en la cuneta.
Gobernación ampliaba la preemergencia a nivel naranja por los fuertes vientos que empezaban a causar estragos en Castellón, y que casi hacía inútiles los esfuerzos de los bomberos del Consorcio Provincial por inundar de sal las carreteras.
Ráfagas que rozaban los 100 kilómetros por hora hacían que, tras retirar la nieve de la calzada, volviera a acumularse en segundos, generando además placas de hielo. Las zonas más afectadas fueron la Tinença de Benifassà, els Ports y l'Alt Maestrat, donde se registraron temperaturas de seis grados bajo cero, pero donde la sensación térmica a causa del viento era de 14 bajo cero.
«Hemos tenido que ayudar a dos camiones que se habían salido de la carretera, pero afortunadamente no hemos tenido que lamentar ningún herido», confirmaron desde el consorcio, que destinó a las tareas de emergencia a 60 efectivos y nueve máquinas quitanieves. Sólo en esta zona se repartieron más de 40 toneladas de sal, según la Diputación de Castellón.
La espectacular nevada del interior de la provincia, que acumuló varios centímetros de grosor, también hizo acto de presencia en zonas más costeras. De hecho, se registraron copos a partir de 200 metros de altura sobre el nivel del mar, como les Coves de Vinrompa, el desierto de Las Palmas, en Benicàssim o en el aeropuerto de Castellón.
La nieve, aunque de forma testimonial, también se vio hasta en la ciudad de Valencia. Las comarcas alicantinas de l'Alcoià y el Comtat, y la zona del monte del Montgó también acogieron un manto blanco. Aunque la nieve no cuajó, los vecinos de municipios como Dénia, Xàbia, Benissa o Teulada vieron algunos copos. El ayuntamiento de Ontinyent, viendo lo que se avecinaba, se afanó en adquirir 16 toneladas de sal.
Ya avanzada la tarde, se restringía el paso de camiones por la CV-170, a la altura de Vistabella, y en la CV-110 y era obligatorio el uso de cadenas en la CV-12 y CV-124 (Els Ports) y CV-173 (L´Alt Maestrat).
Frenazo a la alta velocidad
Desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), confirmaron también ayer que dos trenes AVE habían sufrido retrasos a causa de la nieve. Concretamente, dos convoyes que habían salido por la mañana de Alicante y de Valencia, respectivamente, con destino Madrid y que sufrieron retrasos de 35 y 50 minutos. «Hemos tenido que suspender nuestro compromiso de puntualidad porque, por seguridad, se ha reducido la velocidad en el tramo entre Tarancón y la bifurcación de Albacete por la nieve que se había acumulado en las vías», comentaron desde Adif.
Por otra parte, también proliferaron las heladas en el interior, principalmente de la provincia de Castellón, donde se registraron las temperaturas mínimas. Según las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología, la mínima se registró ayer en la Pobla de Benifassà y Fredes, con 6,5 grados bajo cero, mientras que en Castellfort llegaron a 6,1 grados bajo cero. Villafranca del Cid, con -5,1, completó ayer el podio de los puntos más fríos de la provincia de Castellón.
En Valencia, Zarra, con casi dos grados bajo cero, y Utiel, con menos uno, fueron los puntos más fríos. Alcoy y Pinoso, en la provincia de Alicante, también registraron los mercurios más bajos, aunque no llegaron a valores negativos, y se quedaron en 0,3 y 0,8 grados respectivamente.
El viento, ayer, comenzó también su escalada, aunque entre hoy y mañana alcanzará sus valores máximos. Aemet registró las rachas más intensas también en la provincia de Castellón. En la Pobla de Benifassà se rozaron los 90 kilómetros por hora, en Villafranca del Cid, los 85 y en Atzeneta del Maestrat, se registraron 81 kilómetros por hora. En Valencia, Utiel volvió a ser también protagonista por viento, con rachas de 77 kilómetros por hora.