Cuando se cumplen tres años desde que ETA anunciase el cese de la actividad armada, Ángeles Pedraza contrapone la última información que llega de la banda. La etarra Idoia López Riaño, La Tigresa, la principal pistolera de ETA, uno de sus miembros más sanguinarios, podría estar a punto de abandonar la cárcel, en la que cumple condena de  2.111 años de cárcel por 23 asesinatos.
La respuesta de la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) es rotunda cuando se le pregunta por el balance de estos tres años de aparente “silencio” etarra.  “Me encantaría decir que hemos derrotado a ETA, pero no es así. ETA ha conseguido todo lo que quería, salir de la cárcel, estar en las instituciones. Sólo estará derrotada cuando entregue las armas, cuando colaboren con la Justicia, cuando se cumplan las condenas íntegras”. 
Desde su asociación han expresado recientemente su desacuerdo con la posibilidad de que el Gobierno aparque la reforma de la prisión permanente revisable para etarras, como adelantó el nuevo ministro de Justicia, Rafael Catalá,  si no existe consenso con las fuerzas políticas.  “Todas las promesas que hace el Gobierno son incumplidas, al igual que ésta”, sostiene Pedraza, que clama también la exigencia de responsabilidades de políticos y jueces en el terror de ETA. 
Tres años después, advierte, la situación en el País Vasco está lejos de ser “normalizada”. “Existe miedo, claro, ¿por qué entonces hay gente que  lleva escolta, por qué hay gente que no ha regresado todavía?”, pregunta, desconfiada también de que la banda no vuelva a retomar las armas. Tras dieciocho treguas rotas y una amnistía, “ETA no dudará en volver a matar si así pueden conseguir lo que siempre han querido, que es la independencia”, afirma. 
Aunque, en su opinión, la actual estrategia de la banda podría pasar por otra vía: ocupar el  espacio institucional en las próximas elecciones municipales. Para ello, advierte, algunos de los miembros más destacados de la banda, muchos de ellos excarcelados en los últimos meses tras la derogación de la doctrina Parot, estarían manteniendo una estrategia de “lobo con piel de cordero”, con escasa visibilidad pública y confrontación, con el objetivo de "presentarse a las elecciones municipales". 
Para las víctimas, asegura, el perdón no tiene ya ningún valor. “Que dejen las armas, que se disuelvan. El perdón no significa nada para unos terroristas”.