La dirección nacional del PP en la calle Génova quiere pasar página y cerrar de forma definitiva la etapa de Sonia Castedo en el Ayuntamiento de Alicante. Según explicaron a ABC fuentes próximas a la ejecutiva popular, desde Madrid se apuesta por que el futuro candidato –o candidata– a la Alcaldía de la capital alicantina no haya compartido tareas de gestión con la actual alcaldesa o con su predecesor, Luis Díaz Alperi.
Tanto Castedo como Alperi están imputados en la rama del Caso Brugalque investiga supuestos amaños en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para beneficiar presuntamente al constructor Enrique Ortiz. Además, la alcaldesa también ha sido imputada en otra rama, que indaga en este caso si se intentó beneficiar al mismo empresario en la tramitación del Plan parcial de Rabassa.
A pesar de que ninguna de las dos actuaciones urbanísticas se ha llevado a cabo –el Plan Rabassa fue anulado en los juzgados de lo Contencioso por un defecto de forma en su tramitación, y el PGOU aún no tiene el visto bueno del Consell–, la doble imputación de Castedo le cierra, parece que de forma definitiva –así lo han dejado entrever distintos dirigentes de la calle Génova–, las puertas de la candidatura. Aún en el supuesto de que la alcaldesa fuese juzgada y absuelta antes de las elecciones.
La decisión de la dirección nacional del PP ha provocado la aparición de numerosas «quinielas», y también la reactivación de movimientos internos entre los populares alicantinos para tomar posiciones –algunos de los cuales, no obstante, venían produciéndose hace ya tiempo–. Sin embargo, en Génova apuestan por un candidatosin «mochila» municipal, una suerte de «mirlo blanco» que no haya pasado por el Ayuntamiento en las últimas legislaturas, ni compartido tareas de gestión con Castedo o Alperi. Y no solo para evitar que los votantes identifiquen al futuro candidato con sus predecesores, sino también para prevenir posibles sorpresas judiciales en el corto plazo.
De cumplirse finalmente esta máxima, quedarían descartados por tanto dos de los nombres que suenan con más fuerza desde que cuajó la idea de que Castedo no repetiría como candidata: el de la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana –la opción preferida por la dirección autonómica del PPCV–, y el del concejal de Empleo,Carlos Castillo –bien visto por el presidente provincial del PP de Alicante, José Císcar–. También quedarían apeados de la carrera sucesoria otros nombres que, aunque con menos fuerza, suelen aparecer en las citadas quinielas: la portavoz del equipo de gobierno,Marta García-Romeu el teniente alcalde Andrés Llorens –que además está imputado por la adjudicación de una obra cuando ya se había ejecutado– y el concejal de Sanidad, Luis Barcala.
En el caso de Sánchez Zaplana, que llegó al Consell en diciembre de 2012 tras varias legislaturas como concejal de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Alicante, hay que recordar que ha formado parte de la junta de gobierno local tanto con Alperi como con Castedo. Si bien por el momento solo están imputados el exalcalde y la alcaldesa, Sánchez Zaplana votó a favor tanto del PGOU como del Plan Rabassa –al igual que el resto de compañeros de gobierno local–, ahora investigados por la Justicia.
En el caso de Castillo, si bien es cierto que no era concejal cuando se tramitaron las dos actuaciones urbanísticas por las que está imputada Castedo, sí ha formado parte de su equipo en la legislatura más controvertida del Consistorio alicantino.
El nombre del candidato a la Alcaldía de Alicante, como en el resto de capitales provinciales, es potestad del comité electoral nacional, aunque a propuesta del órgano regional. Es de suponer que Génova aceptará en principio la propuesta que emane del comité regional –nunca se ha dado el caso de que se cambie en Madrid el nombre de un candidato propuesto en Valencia–, pero la dirección nacional prefiere buscar al relevo de Castedo lejos del Ayuntamiento, en la misma línea marcada por Rajoy de ofrecer a la opinión pública un compromiso inequívoco de regeneración democrática y de romper con cualquier vestigio del pasado que haga pensar en la sombra de la corrupción.
Génova considera la de Alicante una plaza clave, dado que los datos que maneja la dirección del partido apuntan a la posibilidad de mantener la Alcaldía, pese al desgaste que han sufrido las siglas en la ciudad por la intensa campaña mediática de la que es objeto Sonia Castedo desde que fue imputada.