El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha entregado esta mañana una réplica del Santo Cáliz que se venera en la Catedral de Valencia al Custodio de los Santos Lugares, Pierbattista Pizzaballa, dentro de la peregrinación diocesana a Tierra Santa que el purpurado preside desde el pasado lunes.
La réplica, que será colocada junto al Cenáculo donde Cristo celebró con sus discípulos la Última Cena, ha sido entregada "en señal de agradecimiento y de que es aquí, en este lugar, prolongación del santo Cenáculo, donde se nos entregó la mayor riqueza, la única que tiene la Iglesia y que es la redención de Jesucristo”, según ha indicado el purpurado en la misa que ha presidido.
Asimismo, ha exhortado en la misa que ha celebrado en el convento de San Salvador, sede de la custodia de Tierra Santa, de los Franciscanos, a que “lo que aquí vivimos no lo callemos ya que estamos demasiado callados y no podemos hacerlo, hay que decir a los demás, a todos, que Jesucristo no ha muerto, está vivo y que es la salvación”.
A este respecto, ha insistido en que Jesucristo "es la verdadera esperanza hacia un futuro nuevo, que es el que Dios quiere para los hombres, es la presencia y la alianza definitiva de Dios con los hombres para que vivamos en el amor, precisamente con la vida misma que Él nos otorga con su resurrección”.
Igualmente, el cardenal Cañizares ha hecho entrega a los peregrinos de una Cruz de Jerusalén que bendijo ayer el propio purpurado. En la jornada de hoy, los peregrinos valencianos han visitado también el Santo Sepulcro.
La peregrinación a Tierra Santa, que se desarrollará hasta el próximo lunes, presidida por el Cardenal Cañizares, ha sido programada por el Arzobispado, con motivo del final del Itinerario Diocesano de Renovación que se desarrolló en la archidiócesis entre los años 2010 y 2014, y participan 180 valencianos que partieron el pasado lunes por vía aérea desde Valencia.