La Guardia Civil tiene un moderno instrumento para luchar las faltas de tráfico: 60 nuevos radares activos, ligeros, multicarril y casi no detectables, tanto por su minúsculo volumen como por su tecnología. La Dirección General de Tráfico (DGT) precisó su compra el anterior mes de noviembre, y las primeras unidades ya están siendo testeadas en las vías.

Los radares nuevos serán empleados por los motorizados de la Agrupación de Trafico de la Guardia Civil, para hacer controles de la velocidad de cada vehículo que circula por las distintas carreteras. Se colocarán en diferentes puntos fijos en un trípode y así denunciar a aquellos que superen el límite de velocidad.

Se sabe que se anuncio esta medida en el año 2016 pero es en este 2018 que se logra implementar. La DGT preciso que los motoristas contarían con 60 radares muy ligeros ubicados en puntos fijos para hacer controles integrales a los vehículos. También señalaron que no fue posible la compra realizarlo con anterioridad por el cierre presupuestario del antiguo gobierno en funciones Mariano Rajoy.

Cada dispositivo captara velocidades de hasta 250 km/h y a una distancia de entre 15 y 50 metros con temperaturas de 0 a 50 grados centígrados, las baterías tienen una duración de 5 horas de vida antes de ser recargadas nuevamente. Las gestiones de las infracciones han de ser controladas por tablets y ordenadores portátiles.

Además, los equipos pueden contar con un iluminador infrarrojo nocturno lo que les hace operativos durante las horas de la noche, y pueden ser manejados a 50 metros de distancia por wifi o a distancias que superen esa medida por medio de conexión 3G y 4G, enviando los datos recogidos a varios dispositivos simultáneamente.